ESQUINA LIBERTAD
1. Uno de
los accidentes geográficos más simpáticos de la ciudad es la ochava. La ochava
se construye por ausencia de la esquina. Porque mientras no pueden existir
esquinas sin cuadras, si pueden existir cuadras sin esquinas: son cuadras con
ochavas. ¿Quién secuestro la esquina y nos dejó ese vacío? Dicen que la
historia se remonta a Barcelona, cuando el urbanista Cerdà rediseño el Ensanche
incorporando el “chaflán”. ¿Será que quiso que no nos golpeásemos la rodilla
con el cantón? No, la ochava es hija del ahorro del andar y el cortar caminos.
Cerda imagino un futuro de maquinas transportadoras tipo locomotoras
(¿automóviles?) que se detendrían en las esquinas y que necesitarían de una
amplia visibilidad y espacio para los pasajeros.
La ochava
habla entonces de la planificación de la ciudad, el pensamiento adelantando al
uso. Es el lado mocho de la manzana. Ochava, la “unión” con “una línea oblicua
los lados de las manzanas en sus esquinas, eliminándose éstas, con el objetivo
de mejorar la circulación y su visibilidad y ampliar los cruces”.
2. Pero
¿para que sirve una ochava? Para poner un altarcito, dibujar un mural, tirarle
huevazos a ese mural. Para pintar de rosa y armar un entrevero. Para montar una
feria. Para poner una ventana, colgar un balcón, abrir un barcito. Pues la
ochava es el lado abierto de la manzana. Por eso los cafetines que se abren por
allí resultan tan atractivos. Y por eso no hay muro tan mudo que el que cierra
ese lateral.
Para
apoyar el pie y el culo mientras se toma una birra, para echarse una meada
después de la misma. Para relojera si viene alguien de alguno de los lados
mientras se hecha una meada. Para un botón, o un campana. Dolina diría, para
imaginarse que para una mina, y acelerar el paso mientras vamos por la acera
con la esperanza que ella esté allí esperando. Para encontrarse un buzón.
Si los
pibes paran en la esquina es porque la esquina no tiene dueño, pero tiene
pertenencia, porque la esquina es el barrio. Quizás por eso Scalabrini paró en
Corrientes y Esmeralda a su hombre del futuro (¿o era del pasado?).
3. Este
menudo segmento que transforma a la cuadra en octaedro, y a la esquina en una
recta, es el ejemplo de que las buenas ideas no solo surgen de agregar
elementos en la ciudad, como tachos de colores o pisos de departamentos, sino
que un recorte en el lugar indicado puede transformar la urbe en un lugar más
habitable. Pensar la ciudad a través de sus vacíos y no de sus completos.
El recorte
que crea la ochava transforma un simple cruce de caminos a un espacio abierto,
de reposo del andar, un lugar donde habita la esperanza, el misterio, la
amistad, y no solo un vació a ser atravesado. En ese triangulo imaginario
robado a la ciudad, la ausencia crea un espacio mágico, un lugar para habitar,
pura posibilidad.
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